Año nuevo por la mañana. Thor persigue una Pieris brassicae que parece se dedica a marearle desde sus alturas. Disfruta viendo el derroche de energía y vitalidad del cachorro que rápidamente abandona a la blanquita de la col y se dedica a la noble tarea de mordisquearle el pantalón del pijama.
Navidades atípicas. Primaverales.
Sin vacaciones. Sin bici. Sin montaña. Peleándose con los malditos virus
instalados de manera perenne en su organismo. Luchando con su batería de armas
químicas en forma de pastillas esfervescentes y toda clase de jarabes
mucolíticos. Atestado de trabajo que no le deja pensar, leer, escribir, vivir…
Se detiene un rato observando el
lento movimiento de una mariquita tan desubicada y confundida como él mismo… la ve como
queriendo adelantar el calendario, como queriendo madrugar para que amanezca
más temprano, como queriendo que acabe este largo y cálido invierno.
Desde el coche lanza miradas de insana
envidia a los ciclistas que va sobrepasando, con más prudencia si cabe, tras
los numerosos asesinatos disfrazados de accidentes de circulación. Mientras
acelera hacia la civilización
masculla un ya queda menos para sus
adentros.