9 de julio de 2013

Pedaleo luego existo


Tres semanas largas como tres meses. Nervios, intranquilidad, casi desesperación. Sábados limpiando el coche, arreglando el jardín, navegando en internet. Blanco sobre blanco en el calendario. Vacío. Fines de semana de dibujos animados televisivos y cortacésped vecinal. Cumpleaños con paella y tarta de limón.

Piernas doloridas, recordando el esfuerzo ya casi olvidado. Polvo rojo en el cuerpo, introduciéndose en los alveolos pulmonares con cada fuerte respiración. Sonido rítmico de las bielas, del rodar sobre la tierra. Manos adormecidas. Traqueteo. Calor. De nuevo en los caminos, de nuevo vivo.

No hay comentarios: