Platillo y para arriba…la teoría de
su amigo surgido de las montañas la tenía muy bien aprendida, otra cosa era la
práctica. Sus pulmones se expandían buscando oxígeno matutino, su corazón se
esforzaba como no lo había hecho en los últimos meses de parada invernal. Con
la La Prueba del Hombre superada, su máxima aspiración era sentarse unos
minutos en el bancalet de la Gota y empaparse de su humedad, de su tranquilidad
tan sólo quebrada por el paso de ciclistas o corredores.
Sentado allí observaba la llave
de paso que reemplazaba al caño de toda la vida, la veía un poco como la
usurpadora que hacía inútil el nombre de la fuente. Ahora ya no caía la gotita
de agua fresca y cristalina sino que al accionar la llave manaba un tímido hilillo
que se desvanecía a los pocos segundos.
- Fa falta la pluja.
- Si, però no hi ha manera…
El corredor se marchó dando media
vuelta por donde había venido y él decidió hacer lo mismo sabiendo que cuando
llegara a casa sólo tendría que accionar el monomando y esperar unos segundos
para que el agua de la ducha saliera a temperatura adecuada.
...
Cada día observaba el mismo
ritual, la misma peregrinación. En plena estación seca, la charca era un ir y
venir de mujeres y niños que recorrían, con la naturalidad que otorga la
costumbre, el kilómetro de distancia cargando sobre sus cabezas con los cuencos
metálicos o plásticos llenos del agua turbio que cubriera sus necesidades de
aseo personal y limpieza de los utensilios de la cocina.
En pocas semanas la charca se
convertiría en un barrizal y los hombres aprovecharían para capturar los peces que
boqueaban sin buscando el oxígeno en un agua inexistente, siempre con cuidado
de no pisar algún cocodrilo oculto en el fango.
Con absoluta calma esperarán a la
llegada de la temporada de lluvias donde el atajado volverá a acumular agua y
con ella volverán a resurgir las infinitas formas de vida que de ella dependen.
Las hembras de mosquito volverán a encontrar incontables lugares donde
depositar sus huevos, donde proliferar las larvas que darán lugar a miles de
adultos que buscarán la sangre de los mamíferos para poder madurar sus huevos,
inoculando el protozoo en el torrente sanguíneo y completando el ciclo de vida
y muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario