Dentro de la casa su voz sonaba seca y autoritaria incluso
algo cortante. Mantenía las distancias con una educación casi victoriana, difícil
de encontrar hoy en día. Impecablemente vestido, rehuía formalismos y
circunloquios. Directamente al problema, realizando preguntas concretas que
requerían contestaciones concretas. Todos los sentidos al máximo rendimiento. Recopilando
la mayor cantidad de datos posibles. Sabedor de que el tiempo era siempre un
problema. Le gustaba que le consideraran como lo que era, un solucionador de
problemas, alejado de los vendedores de humo, de los que contestan con otra
pregunta, de los psicólogos de bar. La defensa en solitario de su exacerbado
realismo le llevaba en muchas ocasiones a ser tildado de pesimista crónico,
pero él sabía que no era así, simplemente se dedicaba a analizar todas las hipotéticas
variables antes de actuar y a evaluar los riesgos y las posibilidades de éxito.
Si estas eran escasas lo exponía a sus clientes de manera sucinta, sin rodeos.
Media hora después cerraba con firmeza la puerta de la
vivienda dejando en su interior al confundido propietario haciendo cálculos. La
actuación, que requería desmontar todos los muebles de la cocina y desmantelar
el parquet flotante de toda la casa, no tenía el éxito asegurado. El control de
una población asentada de Blattella
germanica obligaba a esto y mucho más.
2 comentarios:
A veces también utilizo la técnica del Señor Lobo para resolver problemas en mi negocio, en vez de perdernos en si la culpa es mia o tuya, o en divagaciones sobre si me gusta así o asá...., suelo decir.
- Dime, ¿que solucion sugieres...?, si está mal hecho hay que arreglarlo..., despues dirimiremos quien tiene la culpa.
Esa determinación del personaje en "Pulp Ficttion" sorprendió a muchas personas, la actitud es digna de imitacion.
Es lo que yo pienso. Ir directo a solucionar las cosas. Lo que pasa es que mucha gente confunde antipatía con profesionalidad.
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