29 de marzo de 2012

Química

Los tres comprimidos permanecían perfectamente alineados, casi camuflados entre el color blanco de la mesa de la cocina. Tres cápsulas, inertes, aparentemente inofensivas, con quien sabe qué combinaciones de elementos de la tabla periódica, unidos por enlaces de todo tipo y condición a coadyuvantes, emulgentes, estabilizantes, saborizantes y demás aditivos inocuos a la vez que altamente recomendables para mejorar su posología. Evitaba leer los prospectos, sabedor de que no le ayudaría en nada. Conocía perfectamente la mecánica de la puesta en el mercado de otros tipos de productos químicos. Las fichas de seguridad con todos los posibles efectos nocivos y sus consecuencias.  Las advertencias y contraindicaciones. Sabía que no tenía más remedio, tras esperar una semana y comprobar que el dolor no remitía, tuvo que claudicar. Era fácil, sólo debía seguir el tratamiento y engullir metódicamente esas píldoras durante los próximos diez días y esperar que el dolor desapareciera.
Así, mientras la impresora laser de la consulta vomitaba las recetas, no podía quitarse de la cabeza la escena en la que House, encarcelado, montaba un pequeño incendio para poder apropiarse de unas cuantas pastillas de vicodina. Se veía a sí mismo condenado a la convivencia diaria con antiinflamatorios, antibióticos, protectores estomacales y toda una pléyade de formulados con múltiples efectos secundarios, conocidos o no, que acabarían con sus escasos órganos vitales todavía saludables.

- ¿Pero qué haces mirando las pastillas?
- No sé yo si tomármelas…
- Pero si es un antibiótico y un ibuprofeno…luego te pasas el día en el trabajo rodeado de productos químicos y comes cualquier porquería por ahí…anda trágatelas que ya te vale.

3 comentarios:

Pedro Bonache dijo...

Exacto Jesús, quimica para aliviar a Homo, química para acelerar los procesos naturales, química para alejarnos de lo natural.
Ajo..., potentisimo antibiotico natural, hipotensor y antitumoral..., ¿contraindicaciones....?, imposible besar a nadie.
Equinacea...., lo cura todo.
Sería hermoso conocer bien las propiedades de las plantas medicinales y de sus extractos. Podriamos anticiparnos a muchos de nuestros males cotidianos y sanarlos de manera natural.

Tercera persona dijo...

Esta claro Pedro, lo que pasa es que al final, para bien o para mal, todo es (somos) química...

Pedro Bonache dijo...

Celulas,huesos, tejidos, fluidos,