Blanca miraba la televisión a
escasos centímetros como hipnotizada, como queriendo entrar a formar parte de
la historia. Repetía exactamente las frases por enésima vez escuchadas.
- Ese no, ese no, ese no….quiero ese, quiero ese…
En el episodio Billy acudía a una
tienda de mascotas para comprarse un pez, decidiéndose por un ejemplar
raquítico y rechazando todos los demás. El pequeño recibirá el magnífico nombre
de Presidente Chuleta de Cerdo. Calavera para contentar a Billy decide darle un
alimento al pececillo que lo hace crecer de manera desmesurada.
- Ahora verás papi…
De nuevo, una vez más se veía
reflejado en la imagen de la pequeña, encantada de embeberse de la seguridad
que otorga lo conocido, del control de saber exactamente lo que va a suceder
segundos después. No importaba que los mismos capítulos se hubieran emitido el
día anterior y se repitieran al siguiente. Ella los seguía, atrapada en una
aventura conocida y que se veía capaz de dominar.
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Rebasó el desvío a la izquierda
que subía los últimos metros del Castell de Serra. Prefirió seguir recto y
descender levemente para detenerse en la valla de alambre que protegía la
instalación de la estación de agua. Nada más bajar de bici se puso a buscarlas
pero no las encontró. Había seguido el guión preestablecido. Estaba, como todos
los años, en el momento apropiado y en el lugar donde siempre las veía. Pero
este año no iba a ser así. Este año no aparecerían aunque se empeñase en
buscarlas. Este año, como todos, buscaba la constatación de que todo seguía
igual, no importaba que se tratara de zigaenas o de amapolas moradas,
necesitaba señales que le aseguraran que, un año más, no necesitaba cambios, no
tendría que adaptarse a nuevas situaciones. De nuevo recurría a la cobardía
tantas veces criticada, al adormecimiento generalizado, a la situación de
apatía, al conservadurismo entendido como única forma de supervivencia. Un año
más todo seguía igual y, le entristecía alegrarse por ello.
1 comentario:
Vaya, siempre esperamos que la serrania nos haga sonreir y olvidamos que es un ente vivo que a veces sonrie y que otras simplemente espera a esa lluvia que compuso una sinfonia para ti solo, Jesus.
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