10 de junio de 2011

Hastío

Las fuerzas le flaqueaban. Levantarse cada día suponía un esfuerzo sobrehumano. La lucha por la supervivencia le agotó hace tiempo y se veía a sí mismo como el pez que boquea en el cubo del pescador buscando sus últimas gotas de agua de donde sacar el oxígeno vital. Cansado de navegar entre tantas aguas enturbiadas por la obcecación y el divismo. Cansado de ver la bola de nieva aumentar de tamaño y engullirle, se limitaba a cerrar los ojos muy fuerte, como un niño, esperando que al abrirlos todo hubiera sido una pesadilla más. Pero no. Todo volvía a ser como el día anterior y sería como el día siguiente. Los elementos se aliaban para poner a prueba su cobardía… y siempre ganaban.

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